
Decenas de fans la esperaron en los dos aeropuertos de Buenos Aires. Finalmente partió el sábado a la noche desde Aeroparque, pero sólo pudo ser interceptada por unos segundos. Ella decidió entrar por una puerta secundaria, con su característico abrigo con capucha, gafas negras y con sus manos tapándose la cara. Al menos no tuvo ningún arranque grosero frente a los paparazzi.
A la decepción de sus fans porque no se dignó a saludarlos de ningún modo (yo no esperaba menos), se suma la expectativa frustrada de ver a Robert Pattinson, que brilló por su ausencia. Kristen estuvo sola y se fue sola. Me pregunto si tantos admiradores que se quedaron llorando, luego de semejante desaire, seguirán siendo igual de fieles a Bella.
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