Kristen Stewart se había hecho famosa gracias a la serie de películas “Crepúsculo”, por la romántica historia del amor eterno con un vampiro. Y ahora llegó la hora de aprovechar esa misma fama, sin vampiros ni hombres lobo, reviviendo la fantasía de una historia mucho más clásica. “Hicimos un cuento de fantasía que se siente en cada palabra”, cuenta Kristen entusiasmada en un adelanto de la nueva superproducción de Blancanieves. Mucho más animada que el dibujo animado de Disney y siendo la segunda película que estrenarán este año con la misma historia (léase “Mirror Mirror” con Julia Roberts), sólo falta el espejo mágico, para saber si la próxima película de Kristen Stewart es realmente la más hermosa de todas.
—¿Blancanieves es una buena forma de dejar atrás los vampiros y hombres lobo?—
“A mí me encanta interpretar una estrella de acción que no es la típica estrella de acción. Mi versión de Blancanieves es mucho más dulce. En el principio de esta nueva historia, ella pasa diez años en la cárcel y al salir ve que el mundo hermoso que conocía antes, está completamente infectado, sin la vida que solía tener. Ella también tiene ciertos poderes supernaturales con la tierra y su gente, transformándose en alguien que ella tampoco pretende ser. Necesita utilizar las armas que tiene adentro, pero le duele hacerlo”.
—¿Blancanieves era una de tus dibujos animados favoritos de Disney?—
“La verdad, yo no crecí viendo ‘Blancanieves’. Mi dibujo animado favorito era ‘El Libro de la Selva’. No era una gran admiradora de las películas de princesas. Y por eso me gustó tanto la idea, cuando me enteré que estaban por hacer esta versión de Blancanieves que para nada es parecida a la que todos conocen. Por supuesto, sé que es una historia importante para mucha gente. Y aunque yo no me sienta conectada, al mismo tiempo, conociendo el tema, entiendo porqué duró tanto tiempo”.
—¿En serio no te gusta ninguno de los clásicos cuentos de princesas?—
“Solamente había visto ‘La Bella y la Bestia’, nunca vi el dibujo animado de Blancanieves. No te miento”.
—¿Cómo te llevas con el espejo a nivel personal?—
“Para una sesión de fotos que tuve hoy, estaba igual vestida que ahora, con una simple camisa y pantalones. No necesito demasiado para hacerme sentir más hermosa. Supongo que responde tu pregunta. Así me siento más cómoda, pero también me gusta vestirme bien y me siento cómoda o con suficiente confianza si tengo uno de los mejores vestidos. Tampoco quiero que parezca que no me parece una buena idea que la gente se maquille, para sentirse mejor. Está bien. Es algo muy personal, pero siento un poco de lástima por las amigas que se preocupan demasiado por un espejo. No hay que preocuparse tanto”.
—¿Hay cierta comparación entre el espejo de Blancanieves y Hollywood, un medio donde todo el mundo se la pasa remarcando la belleza?—
“Es muy extraño. Vivimos en un mundo pequeño bastante gracioso. Mostramos un ejemplo muy claro en la película. La Reina Ravenna piensa que la belleza es la única carta que tiene, que puede usar su poder como un arma. Al vivir frente a los ojos del público, siempre esperan verme bien. Pero es lo que es. Es un tema difícil”.
—¿Te parece que la sociedad genera demasiada presión en la mujer, imponiendo cierta competencia entre quién es la más bella?—
“Es la naturaleza humana. Sí, definitivamente a veces las expectativas son demasiadas. Y hay gente increíblemente hermosa que puede verse horrible. Supongo que depende de la persona que te mira”.
—¿Y en tu caso? ¿Tantas horas en una sala de maquillaje y peinado, te hacen sentir mejor o peor?—
“Ambas, en diferentes ocasiones. Depende del trabajo. Hasta en las sesiones de fotos interpreto ciertos personajes. A mí me encanta el lado artístico, aunque a veces parezca tan glamoroso o muestren una versión idealizada de lo que somos”.
—¿El éxito ayuda a tener más confianza?—
“Sí, absolutamente. Con sólo crecer, teniendo más experiencia, haciendo lo que hago, a veces pesa demasiado. Pero sí, creo que tengo más confianza hoy”.
—¿Cómo logras mantener los pies en la tierra entre tanto éxito, sin creer que seas mejor que los demás?—
“En realidad, no hago nada diferente. Supongo que tengo que agradecer la forma en que me criaron. A veces me siento bastante tonta por haber dicho algo sin analizar demasiado, en una entrevista. Cuando lo pienso demasiado, puede deprimirme un poco y tengo menos ganas de salir a dar otra entrevista, por miedo a no decir lo correcto. Pero después me doy cuenta que sólo me estoy hiriendo yo misma, que soy feliz como soy. Para ser honesta, es bueno caminar a los golpes. No espero que todo sea fácil. Y supongo que seguiré así”.
—¿En qué medida ayudaron tus padres en tu forma de ser? ¿Eran muy estrictos?—
“Mis padres no eran demasiado estrictos. Me dejaron ser lo que yo quería ser. Supongo que me amaron lo suficiente como para darme cuenta y todo fue más fácil. Es fácil quererte cuando tu familia también te quiere. Todo lo que estamos hablando, son ideas con las que me criaron. Mi madre tampoco me sentó y me dijo ‘Deberías ser tú misma, Kristen’ o ‘No deberías soportar ninguna basura, Kristen’, aunque ahora que lo pienso, me lo dijo varias veces (risas)”.
—¿Las entrevistas son una especie de terapia?—
“(Risas) Honestamente, no. Sólo quiero decir lo correcto sobre mi trabajo. A veces es difícil analizar por qué algo me gusta tanto. Y hablar en una entrevista es diferente, me siento en familia, hablo sobre cosas que no debería hablar con gente que no conozco. Pero tengo que hacerlo. Y a veces siento que no digo lo correcto, no sé”.
—¿Después de haber trabajado tan cerca de Robert Pattinson y Taylor Lautner, los llamas para pedirles consejos sobre los nuevos trabajos?—
“Con Taylor y Rob hablamos de mis trabajos y los suyos. Pero como solemos decir, lo mantenemos todo en familia. Con ‘Snow White…’ trabajé muy cerca de Chris (Hemsworth). Estuvimos juntos la mayor parte del tiempo. Lamentablemente no ensayamos mucho, pero me gustó la oportunidad de encontrar algo nuevo en vez de sentir demasiada responsabilidad con el guión. Nos dieron muchísima libertad, mejoramos día a día”.
—¿En la vida real tuviste que aprender a luchar con espadas, tal cual como Blancanieves en la película?—
“Es gracioso, porque me había concentrado tanto que fui a un par de sesiones de entrenamiento y aprendí un poco de las coreografías. Pero cuando el director se enteró, empezó a decir ‘No, no, no, no’ porque mi personaje es muy intuitivo en sus reacciones y jamás hubiera aprendido a luchar, sólo lo hace cuando lo necesita, en el último segundo. Por eso fue gracioso, porque no me dejaron hacer demasiado”.
—¿Qué escenas de acción te permitieron hacer?—
“El salto enorme en el agua, escapándome del castillo, me dio pánico. Quería hacer una escena de acción, pero cuando llegó el momento, empezaron los miedos: ‘Los caballos van a estar en peligro. ¿No se van a caer en la playa?’. Estaba demasiado influenciada por el efecto Blancanieves. Fue algo especial, pero no tan especial como lo imaginé. Básicamente me la pasé corriendo”.
—¿Y es cierto que te lastimaste durante el rodaje?—
“Sí, me lastimé el pie y después también me lastimé el dedo pulgar. Y esas dos heridas duraron toda la película. Apenas empezó a mejorarse mi pulgar, me empezó a doler el pie, justo cuando estábamos por empezar todas las secuencias de acción. Tuve miedo de no poder sostener bien la espada, pero todo salió bien. Tenía tanto dolor que sirvió para interpretar al personaje”.
—¿Cuál es la gran diferencia en la historia de amor de esta versión, comparada con otras películas de Blancanieves?—
“En esta película ella es muy joven pero no es tan inocente. Y me pareció increíblemente romántico tener alguien al lado sin saber bien quien es ella misma. No es para nada vanidosa, no tiene las típicas preocupaciones de una chica de su edad. Para un hombre es muy diferente. Tampoco se da cuenta el efecto que tiene en la gente, ni siquiera sabe de dónde viene”.
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