Nikki Reed canaliza una ama de casa de la película en esta nueva toma de
su shot de diciembre 2012 con la revista Zooey. La actriz conversa con
la revista sobre cómo conoció a su marido Paul McDonald, reunirse con su
padre, Seth, y lo que hará para las fiestas.
Sobre enamorarse de
Paul: "En realidad, mi papá era mi cita para el estreno en donde conocí
a Paul. Me quedé atrapada en Los Ángeles porque mi vuelo a Vancouver
fue cancelado, por lo que Catherine Hardwicke me invitó al estreno de
Caperucita Roja. Eran las 4:00, tuve que encontrar un vestido, estaba
cansada, no me había lavado el pelo y tenía que estar allí a las 6. Yo
quería apoyarla, así que me fui con el pelo sin lavar. [Risas] Todos los
chicos terminaron estando allí de "American Idol" y mi papá dijo: "Ve a
saludar a ese chico". Me acerqué a Paul y supe que estaba enamorada de
él a un segundo de decirle hola. Fue la cosa más loca que jamás me pasó
en mi vida".
Sobre su planes de fin de año: "Vamos a estar con la
familia. Decorar el árbol y comprar los ornamentos es enorme en la
familia de Pablo, así que vamos a tener una fiesta decorando el árbol.
Mi mamá es súper astuta de modo que el año pasado hizo adornos de
limpiadores de tubos y madera y les pegó cosas de aquí y allá".
Sobre
el reencuentro con su padre: "No estábamos cerca cuando crecía y creo
que fue de ambos nuestras faltas. Él estaba esperando a entrar en razón y
yo estaba molesta por divorciarse de mamá. Cuando era niña, usted no
tiene la capacidad mental para entender por qué los adultos toman
ciertas decisiones y, a veces te aferras a eso. Yo estaba filmando una
película en Sacramento y llamé a mi papá y dije: "Necesitamos tener una
conversación real". Fuimos a las islas y le dije todas esas cosas que él
no tenía idea de lo que quería. Le dije: "Quiero que me llames todos
los días y tal vez cinco veces al día, e incluso si digo que estoy bien
quiero que me diga que no sueno bien. Necesito que caves en lo más
profundo y dime que me amas cada vez que cuelgue el teléfono". Había
todas esas cosas que él no entendía de mí. Cosas que quería y necesitaba
y lo asombroso es que no había ninguna preguntas sobre cualquier
demanda. Él fue como, 'Bueno'. Desde ese día mi papá hizo lo que
necesitaba y no se sentía incómodo con ello. Se levantó a la mañana
siguiente y me llamó. Yo había sido tan duro con él y él es sólo una
persona que no sabía lo que quería".